martes, 1 de julio de 2014

Visita rápida a Oxford


Dejar un viaje plasmado en un vídeo no es fácil, para nada, pero bueno, yo lo intenté aquí, aún así ninguna documentación es suficiente, hace ya... ufff, mejor no pensar en el tiempo, pero hace ya... mucho, nos escapamos mi hermano, mami y tía a Oxford aprovechando que los dos primeros estaban en tierras británicas. Tren y paciencia para llegar a una de las ciudades universitarias por excelencia.
 El campus extendido. Si os soy sincera nunca me había despertado la curiosidad por ver este pueblo, ciudad o como se quiera considerar, así que mis expectativas no eran muy altas, pero el resultado fue muuuy grato. Como disponíamos de poco tiempo y muchas cosas por ver decidimos apresurarnos y ponerle una solución que nos presentaban constantemente, el típico bus turístico con auriculares, sé que algunos por el motivo que sea nunca se animan a coger uno de esos, pero cuando el viaje no lo tienes 100% organizado reconozco que son la mejor opción, ya han sido varias las veces que he visitado una ciudad que apenas conocía y con el bus he aprendido una gran cantidad de cosas.





Total, que nos presentamos ahí los cuatro sin tener mucha idea de a qué nos presentábamos, museos, academias, millones de tiendas y un lugar con un encanto peculiar realmente agradable. Comimos en un sitio que ya teníamos fichado, The Eagle and child, teníais que haber oído lo que pensaba en esos momentos, me emocionaba sólo con pensar que el autor de Las Crónicas de Narnia podía haberse sentado en el mismo sillón en el que yo estaba, C.S. Lewis y Tolkien solían pasar horas y horas ahí creando obras y pasando el rato, ¿quién sabe si yo coincidí ahí con alguno de las futuras leyendas literarias?




El tiempo se nos echó encima y por más que corrimos no pudimos entrar a la gran catedral de Oxford, quizás porque eso nos obliga a una segunda visita, cosa a la que no me opongo. Pero sus exteriores ya te dejaban absolutamente maravillada. ¿Soy la única que desearía tener el balcón de abajo?






Otra cosa de la que me declaro muy fan es de la tienda donde no se podían hacer fotos (excepto esa de arriba, porque soy una rebelde) llena de cositas preciosas de (pausa dramática) Alicia en el País de las maravillas. Lleno de gente, por supuesto, pero encontrarse un conejo blanco por la calle siempre se agradece. Ojalá hubiese podido encontrar la madriguera, pero no ha habido tanta suerte. Lloremos.






Lo que queda más que claro, es que ya seas fanático de la arquitectura, historia, evolución o simplemente de la naturaleza, Oxford tiene lo que necesitas, ofrece a cada visitante una vista única de lo que posee, ya sean estudiantes atractivos, estaciones bici a rebosar o simples parques llenos de flores coloridas.





¿Quién no quiere un beso romántico ahí arriba? Con el atardecer y todo... Sufro en mi interior. 


Conclusión, Oxford nos dio en poco tiempo una sorpresa más que agradable, desde luego si os tenéis más que visto Londres y queréis salir de la ciudad o sois de esos pocos que viaja a la Inglaterra más tradicional, esta es vuestra opción número uno. Sencilla y encantadora. Más no os puedo decir. Si fuese por mí os prometo que os obligaba a visitarla, pero ambos sabemos, que un viajero de verdad no tiene mapa ni guía.

1 comentario:

  1. Jo, qué bonito todo! ♥
    Nosotros tenemos pendiente un viaje a Londres, pero a saber cuando será xD

    ResponderEliminar

Los comentarios siempre equivalen a una sonrisa, ¿te atreves?