miércoles, 10 de agosto de 2016

Siempre viajando

El mundo es como un libro. Y aquellos que no viajan solo leen una página.


Yo soy de devorar hojas, a mi manera, con ofertas de última hora y millones de improvisaciones.
Todo sucede con una chispa, un "vamos a escaparnos" o un "ven conmigo".
Me subo al tren, bus, coche o donde me mandes. Da igual, playa, montaña, pueblo o ciudad. Que si fuese por mí mañana mismo me iba a la luna.

Mi corazón tiene motor propio, de esos que bombea pisando suelo desconocido,
Perderse por la tierra es una forma de encontrarse, lo único que me puede parar es un semáforo o un lugar increíble que debe fotografiarse.
Sin mapas, sin miedos, sin destinos. Donde te lleve el viento, donde te conduzca la corriente, donde te arrastre la marea... por carreteras eternas que te hagan sentir igual

Y así, poco a poco, conoces paisajes, historia, personas, comida, emociones, estrellas, atajos y obstáculos. Te enamoras de rincones que no volverás a ver y tu mayor deseo es poder recordar cada calle, cada tienda y cada baldosa para siempre.

Así es como vivo, con una historia constante de amor no correspondido, con encuentros fugaces y despedidas permanentes.

Rellenando un mapa año tras año, completando mi puzzle, comiendo el mundo con mordiscos pequeños y viajando... siempre viajando