martes, 21 de abril de 2015

Campanilla encontró Peter Pan

Hablamos de alguien pequeñita, que vagaba por jardines londinenses y la muy egoísta siempre dependía de que otros creyesen en ella para seguir adelante.
Cuentan que le encontró a él primero, un niño sin sombra, carne de líder, con un don para hacerte reír a carcajadas y un miedo feroz a crecer. Hasta entonces Campanilla no había hecho gran cosa, pero Peter decidió convertir su historia en algo siete mil veces más interesante.

Así fue como volaron juntos. creaban tormentas cuando pasaban de abrazos a gritos con un chasquido, se echaban de menos en cualquier segundo, buscaban más niños perdidos para que se pudiesen curar, y poco a poco construyeron sus vidas separas pero unidas, pues ambos eran más que conscientes de que uno sin el otro, no era lo mismo.

Podría contar la historia de cómo acabaron con piratas celosos y fueron los constantes incomprendidos, podría decir que nunca se les consideró grandes bailarines y sin embargo seguían danzando en el instante menos esperado, podría decir que llenaban de pompas el viento ajetreado y podría decir también que, pese a estar locos el uno por el otro, nunca pudieron estar enamorados.

Como hermana y hermano se instalaron en el país de nunca jamás, un lugar demasiado simple para historias con cosas complejas, pero Peter y Campa no se quejaban. Sé que ella ahí siempre era feliz, muy feliz. Tanto, que tenía la suerte de irse todos los días a dormir sabiendo que al día siguiente todo iría bien, porque por fin había conseguido a alguien que sin querer encontró y acabó queriendo.
Porque ya era mucho más fácil pensar en cosas bonitas para viajar, pero quería viajar con él.



Y es que Campanilla podrá tener películas sin Peter, pero seamos honestos, son una mierda.

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