Lo conté en agosto, mi verano estaba resultando extremadamente monótono y aburrido. La parte positiva era que estaba ahorrando dinero pero no dejaba de ser una pequeñísima recompensación a cambio del silencio y pocas novedades para contar a mis amigas.
Así que como mi empresa me obligaba a pillar vacaciones pensé que viajar sola tampoco era un mal plan, yo decido, organizo y pago. Sin presiones. Si quería ir a un destino barato, allá que iba, si quería compartir cuarto con 5 personas más, eso hacía. Y la verdad, fue el mejor plan improvisado que he hecho nunca. Aquí la prueba:
Encontrar unas vacaciones baratas es fácil si sabes usar bien skyscanner y las cookies, pero encontrarse a una misma en una semana, eso tiene mérito.
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