Esta es mi casa, ¿bonita a que sí? Pues bien, si nos vamos a la izquierda... veréis qué cosas más geniales hay.
Topé con una galería de arte y al instante me enamoré de esta pieza, para mi sorpresa sólo costaba 2,600 libras, no lo compré, evidentemente, pero bueno, siempre se puede observar desde el cristal, ¿no?
Y estos fueron los secretos que me llevé de un simple recorrido a pocos metros de mí. Desde luego, Londres sigue sin dejar de sorprenderme.
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